miércoles, 17 de noviembre de 2010

Cobarde.

Si, me creía valiente, pero para lo que es importante no lo soy.

Te tenía ahi a mi lado a menos de un metro de mí, sentado, parlanchín, siendo tu.
Y no pude confesarme, no pude hablarte sinceramente, no lo logré.
Siempre que te veo mi corazón comienza a correr por todo mi cuerpo, lo siento palpitar bajo mi piel y mi mente comienza a temer y a tratar de decidirse por un o un no.
Siempre termina negándose, no estoy segura por qué pero mi principal teoría es que soy una cobarde.
Ya sé o tengo idea de cómo reaccionarías si te dijera.
No sé si intentarlo, de cualquier modo, no encuentro el coraje ni debajo de mi almohada.

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