jueves, 16 de septiembre de 2010

Perdóname

Creo que no me queda mucho más que disculparme conmigo misma por no estar llendo a ningún sitio. Seré niña mal, oveja descarriada, rebelde, irreverente y lo que les plazca pero lo soy porque ya no veo ni mi punto de partida ni mi meta.
Y en cuanto a disculparme, creo que me lo merezco, porque las consecuencias de todo eso las pago yo y nadie más, no sé siquiera que pasará mañana, y me he vivido toda la vida planeando un futuro que no sé si llegará. Me avergüenzo de mi misma ante todos los demás por no ser lo que esperan ni lo que fui hasta la primaria.
Todos sabemos que soy demasiado complicada para seguir con un altísimo promedio en la escuela y luego ahí sentada trabajando en un escritorio por más de 8 horas, con las neuronas cansadas de ser desperdiciadas, corriendo a casa con los niños a verlos dormir en calma, con mi marido igual de ocupado para darles a los chicos para unos zapatos, un almuerzo, una mochila. Me imagino llegar, quitarme los zapatos altos, la falda, la camisa, luego caer exhausta en mi cama, tratar de hablar con mi marido de algo pero sólo puedo decirle buenas noches, mirarlo un segundo con la laptop en la cama y quedarme dormida para recomenzar con la rutina al día siguiente. Me parece absurdo, es lo opuesto a lo que siempre desée, ya veré que puedo hacer para ir por el camino que quiero.

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