Antes eras todo el mural colorido y hermoso que me apartaba de la -subjetivamente- horrible realidad....
Ahora eres la cerda de la brocha escondida en la pared bajo varias capas de pintura gris, mientras yo presto atención a la maravillosa vida que en realidad es, que fue como la marea que me trajo un tesoro. Un tesoro palpable, abrazable, besable al que quiero mucho.
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